miércoles, 31 de diciembre de 2014

2014 Odisea del despacio.

Antiguo dicho runner hindú.
"Pensando más en años nuevos
que en noches viejas,
y el Ganges está mal medido, coones".
El resumen rápido de 2014 viene siendo un no correr a correr poco, despacio, mal y diferente. Correr ya no es lo normal, lo inherente o lo habitual, sino que se ha convertido en lo excepcional. Correr bien es un privilegio, siempre lo he pensado y ahora lo veo con más claridad. Primero porque para salir a la calle a entrenar ha de habitar ese pensamiento en nuestra filosofía de vida, y luego que nuestro cuerpo permita hacer algo parecido a lo que nuestro deseo pretende.

En esas dos cosas destino mi afán, a yingyangnazos, pero por el momento todo sucede despacio. 

En 2014 me puse cuatro dorsales, tres de ellos venían con números sobre fondo blanco y me los quité tras la linea de meta. En cambio, el cuarto lo llevo permanentemente, y dice "corredor tratando de encontrar el modo de entrenar algo".

Me gusta ver el mundo como un sitio donde correr, me gusta mandar mensajes a mis amigos del club de atletismo, me gusta quedar con mi colega de entrenamiento a horas intempestivas, me gusta saber de proyectos deportivos personales de otros corredores, me gusta cada día hacer las cosas algo mejor, me gusta conceder oportunidades, exponerme a dificultades y al volver a casa parar el GPS, mirar el crono, reírme de lo fútil de mis esfuerzos y celebrar su importancia a pesar de su inutilidad.

2015 está lleno de cosas importantes que pasarán mientras señores y señoras están en pantalones cortos.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Lesionado en Navidad.

La operación del aquiles ha causado estragos en la compensación de la pisada. Primero fue la tendinitis bilateral y ahora esto, no se su nombre, pero puede ser algo así como bursitis iliopsoas, no tengo diagnóstico médico pero es por esa zona (¿cabeza del fémur?) y si no lo es como si lo fuere, porque a cada pisada hay dolor del que te hace esconder el pie para no apoyar. 

Es curioso como la pierna izquierda ha ido sucumbiendo poco a poco. Lo único que retenía de "corredor bueno" se fue al garete.La semana que viene pasaré por el fisio, a ver si ayuda algo y puedo asistir a la San Silvestre, al menos en calidad de chocamanitas, pero de los entregados a la causa. Me replantearé volver a las plantillas y puede que un cambio de zapas, pues Wiggle no cura pero alegra el espíritu.

A veces cuando reseteas un ordenador e instalas un sistema operativo te das cuenta de que el sistema da errores y necesitas volver a resetear, reinstalar y actualizar el ordenador. El mismo proceso dos veces. A ello voy, se llama cura de humildad elevado al cuadrado. Esto no es maratón, y cada día se parece menos a un blog de correr, pero como si lo fuera. Eso sí, por muy perdido que pueda estar, siempre dejo una luz que me lleve hasta casa. Correr consiste básicamente en salir de casa, volver un poco más tarde, y en la medida de lo posible siendo mejor persona, así que hoy he decidido definirme como "corredor en proceso de recuperación" en lugar de "lesionado de nuevo", esto que me pasa es parte del proceso de adaptación post quirúrgica. Llámalo como quieras, pero poniendo un sentido positivo, ahí al final, como una pincelada de color para que lo gris no sea el único color.

PD. En tirada largas (de las largas de verdad) y en maratón suelo cantar (mentalmente) un villancico. Sí, uno es así de especialito. Suena como un canon perpetuo o infinito, circular y repetido. Hoy en la Tierra nace el amor, hoy en la Tierra nace Dios, alegría, paz y amor en la Tierra a los hombres, alegría, paz y amor, esta noche nace Dios....y así a ratos esa canción va y viene en mi cabeza, no me preguntes cómo pero me ayuda. La cosa está en que en la iglesia donde asistimos a la misa de Navidad suena cada año, y el año pasado la experiencia fue bestial, casi mil personas cantando esa canción, joder, la misma que llevo para los momentos malos (y no solo en maratones), así que ahora pienso en que en unos días volveré a cantarla, de nuevo en Navidad y si Dios lo quiere, algún año de estos lo volveré a hacer en carrera.

PD2. Tengo otra canción que se me pegó hace muchos años, allá por los 80, era un grupo heavy ruso muy cutre que llevó Abellán a Tocata, y su estribillo sonaba así como darisev-darisev, y también resuena a veces en mi interior, pero más en diezmiles y cosas así. 

martes, 16 de diciembre de 2014

En estos tiempos difíciles hasta el más duro tiene un pasado de los de ¡zasca¡.

En el sentido maratoniano de la expresión, echar la mirada al pasado causa disgustos pero a ver, ... como lo explico, me siento como Bon Scott con su grupo The Valentines antes de montar AC DC.


Ahora (como casi siempre), vuelvo a Leño y a Ride on con su letra, maratoniana a más no poder..

Y a la definición musico-maratoniana-personal con el Blanco y Negro. Si, es Barricada, el batería se afana para encontrar un poco de espacio entre las niñas de blanco, un chaval se apunta a la movida y el Drogas muestra lo mejor de sí mismo mientras un padre bota como un loco detrás de la muchachada. El lo más grande que he visto en mucho tiempo.

Y esta mañana he hecho lo mejor que se hacer, que no es otra cosa que salir medio curado y volver peor y con dolencias nuevas para ir loquito loquito al google para saber su nombre. Eso si, en los primeros 150 metros he podido correr sin ningún tipo de molestias, luego lo otro ha sido un sinvivir y aquí preparando estoy un 10k a base de un día por semana o cada dos, que es lo que me toca vivir.

Si fuera Bon Scott me volvería con The Valentines. Rumboso que es uno.

lunes, 1 de diciembre de 2014

A veinte días del invierno.

Cierro Noviembre lesionado.

El maratoniano no tiene que tratar de estar libre de lesiones, sino que debe lograr que no se le repita la misma lesión hasta hacerle descabalgar de sus zapas.

Bajo esta máximo puedo decir que las tendinits están medianamente superadas y que ahora me molesta la zona de la cabeza del fémur, un misterioso dolor que no me deja apoyar con seguridad y causa algo de inestabilidad al correr.

La he puesto a remojar, llevo un par de semanas parado. Descansé una semana y cuando salí la molestia aún estaba así que decidí dejarla en remojo otro tanto. Será por tiempo.

Mi hijo está parado por los aquiles, los castiga mucho en la pista y además está en crecimiento. (no, no la apuntéis como excusa, cuarentones sin escrúpulos y batamantistas). Así que hasta la San Silvestre nos lo vamos a tomar con filosofía.

Bueno, quien dice filosofía, bien puede decir fotografía, que con la filosofía no se apaña un blog.












En estos fines de semana me sale el abuelo cebolleta runner (ahora mismo no se si tengo el carnet de abuelo cebolleta runner en regla), y me acuerdo cuando había pocos maratones; y el finde que había maratón España entera hacía piña y corrida una nos aprovechaba a todos para hablar de ella. Ahora hay una o incluso dos, y lo peor es que hay muchas Telva-Running, Ponles Freno y chorradas que no pretenden otra cosa que la gloria de sus anunciantes, omitiendo a veces toda referencia a la mera práctica saludable de deporte.

Puede ser negocio pero nunca debería ser todo negocio. Y si alguna decide cambiar y en lugar de hacerse más mediática, más fashion, más nombre y se propone hacerse más corredora, más deportiva, más de mirame a la cara y decirme que soy un jodido maratoniano y que me gusta esto de correr y que si la bolsa es una mierda que da igual que lo importante es que quiero que corras bien y celebrar esa posibilidad con amigos, pues que me avise.

Las de mis tiempos si que eran carreras y no estas que te sacuden camisetas con marcas conocidas y mensajes yes we can.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

43 AÑOS CUMPLIDOS AUNQUE CONTADOS DESDE LA SANSILVESTRE DE 2.009

Hoy que cumplo 43 años, recuerdo con nostalgía el día que nací.

Nací un 31 de diciembre de 2.009, en una tarde alegre sobre el frío asfalto de Madrid, un corto viaje en tren me dejó a las puertas de la carrera más grande celebrada en España, la San SIlvestre Valleana.

Julio iba a mi lado y la multitud también, y entre uno y la otra terminé dentro de la segunda. Cuidado con las cuesta, guarda para la cuesta¡¡¡ decían los agoreros del lugar.

En esa época las cuestas aún me causaban respeto y todo me asombraba, pero lo que más era ver a ciertos corredores que de un modo peculiar transitanaban entre nosotros. Pasos decididos, vista al frente, gesto alegre, despreocupado, en búsqueda, ritmo vivo y grupo menudos pero ordenados e inexpugnables. Son imposibles de confundir, discurren por el mismo asfalto pero hacen otra cosa diferente.

Algo más tarde pude saber que como todo en la vida las cosas no son iguales pero que en esto de correr nos respetamos al máximo. No porque nos admiramos de las marcas de otros o porque haya participado en las pruebas que uno soñaría. No es por eso, en verdad es que nos respetamos porque nos apreciamos en lo personal, a nivel afectivo directo. Cada vez que un corredor se anima a dejar su perticular y breve reino de sedentarismo me está ayudando a que lo imite, sus logros cuestan tanto como los mios y la felicidad por el trabajo bien hecho es idéntica, y la que yo sentía me la multiplica. Si, somos la misma cosa haciendo la mismas cosas pero de modos diferentes.

De aquella carrera vinieron estos lodos, riadas de ellos. Acudí feliz a Maratones y sali de todos ellos portando una bandera invisible, la de Maratón. Ondea sobre mi ventana, la llevo a las reuniones, a los juegos con los niños, al Mercadona y hasta al Ikea. Every thing is Marathon.

Ahora me apunto a esa carrera, olvidada y ajena, que fue capaz de crujir la presa con un mero hilo de presión. Esta vez vienen mi hijo y mi hermano.

No somos buenos corredores pero lo llevamos en la sangre, somos familia de quinta generación de deportistas, puede que sea de las únicas en España. Mi hijo, yo, mi padre, mi abuelo y mi bisabuelo hemos concedido carreras hechas a fuego para alimentar a miles de locomotoras, y si hemos hecho deporte ha sido como forma de vida, unos mejor que otros pero sin duda lo que nos mueve es la pasión, lo que nos da y lo que nos permite dar cuando estamos haciendo deporte.

Correr nos concede hacernos mejores y hacer mejores a los demás, en eso reside la perfecta visión de lo deportivo.

martes, 18 de noviembre de 2014

Rodaje por Salamanca junto al Tormes siguiendo a 3 maratonianos con más tablas que Daimiel.

10k a 5.34. Así dicho puede parecer un rodaje agradable mientras contemplaba el Tormes vestido de otoño y sonaban clarinetes suaves como en las películas de Woody Allen.

Pues no. Aparco junto a un puente y salgo del coche, no se si ir hacia la derecha o a la izquierda y mientras pienso tres tipos salen de sus coches y empiezan a estirar. Parecen maratonianos. Sé que lo son. Esas cosas se saben.

Arrancan suave y cada uno lleva una botellita de agua en la mano. Charlan amigablemente y les puedo seguir sin problemas pese a la carga de carbohidratos de la cena. Cuando digo carbohidratos me refiero a "carbohidratos", es Salamanca, no me jodas.

Los tres corredores van rectificando su recorrido a uno y otro lado del rio porque está en obras todos los puentes y continuo con ellos. En eso que los tres tipos inician hostilidades al segundo kilómetro. Tonterías las justas, es su tirada larga y ponen rápidamente ritmo de 4.40. Las tostas de morcilla y los vinos se agolpaban en mi interior y discutían a ver cual de ellos era el más rápido, el más jolgorioso y el más inquieto.

Del 4.40 bajaron al 4.35. Mis pensamientos alegres desaparecieron y me harían falta muchos polvos de hada para llegar al coche si les seguía el ritmo.

Los tipos dejaron las botellas de agua en una caseta y luego la otra junto a un parque. Ahí me di cuenta de que esta gente no era trigo limpio, estos no vienen aquí de buen rollito a rodar un rato, estos han venido aquí a darle sangre un domingo a las 8.

Mi Yo maratoniano aplaudía con las orejas. Mi Yo operado, mi Yo fuera de forma y mi YO tripero me decían déjalo, esta no es tu guerra.

Llegué al final de un parque cerca del último puente y me di la vuelta. Sonaban en mi interior el clarinete suave de jazz  y las leves notas del piano que escriben la palabra felicidad mediante sonidos bailables. Woody Allen me metía prisa para volver al coche, no entendía que era lo que estaba haciendo, se me hacía tarde, me esperaba el desayuno del hotel y la cita en el Spa.

Mientras me arrastraba para volver al coche, destrozado por culpa de los amigos salmantinos me acordaba que en ese momento salía en estampida los maratonianos de Valencia y Tenerife, me reía de mi suerte, de mi Aquiles, de lo que podía hacer y de lo que no me es posible.

Me quito la camiseta y la cambio por una seca del maratón de 2.012. Cerré el coche y llegué al Hotel. Atravieso el hall en manga corta maratoniana, me ducho y me meto un atracón en el desayuno. Un poco después al Spa. Digo a la señorita ¡Oiga, soy maratoniano! y esto del spa no es que me vaya mucho. Si es posible póngame el recorrido más largo y más jodido. Señor, de eso no tenemos. Pues coño, espero que haya avituallamientos cada cierto tiempo. Pues óigame, tampoco. Al menos habrá alguna cabina para echar un pis antes de salir o me lo tendré que hacer a mitad de recorrido. Oiga esto es un Spa, no un maratón. Eso es lo que Ud. se cree señorita, todo es Maratón, y al menos espero que esté bien medido. Encendí mi GPS y al agua como un cabrón.



 Desde mi habitación el Tormes, el otoño y el infinito.
 En nombre de la calle Tentenecio habla de un toro que subía por una cuesta y que le paró en seco un fraile a la voz de !tente tieso¡.
 La libertad es un don precioso Sancho.
 Y digo yo ¿Cómo contarán esto los turistas argentinos a su regreso a casa? Una casa con conchas¡¡¡
 Todo lo que hay es historia en piedra. No soy el primero que pasa ni el último
 Trajes de Charra para una urgencia, nunca se sabe cuando necesitarás vestirte de charra.
 Quod natura non dat, Salmantica non praestat .... y el Maratón menos.
 Candados en el Huerto de Calixto y Melibea.
 Por fin saco a pasearla después de dos años a la sombra, coño, la pobre ya parecía Bárcenas.
Si buscas un nombre para Bar de "tapas" este es válido.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Madrid fotos.

Saliendo temprano los sábados puedes ver Madrid de otra forma. Destaco la tranquilidad, Madrid sabe ser una ciudad sin sobresaltos, la gente pasea o conduce de otro modo. Puedes cruzar las calles en bici sin prisa, cambiar de carril sin problemas y puedes adelantar a coches y autobuses sin que se declare la guerra mundial Z.

El plan era llegar al Retiro, sacar unas fotos y volver.

Uso una pequeña mochila a la espalda para llevar la cámara, pero como en seguida paro para tirar fotos la llevo de bandolera cruzada para que no se golpee. La mecánica es fácil, freno, me echo a un lado, saco un brazo de la correa y hago la foto. Tapo la cámara y sigo el camino.

Ahora publico unas veinte de ciento ochenta. Disparo demasiado aún, trataré de mejorar.

Museo Ciencias Naturales. La Mano parece querer sacar algo del Cubo.
 Paseo de la Castellana. Vía maratoniana.
 Puerta de Alcalá reflejada en plano de Madrid.
 Parque del Retiro. Corredores con oficio, estirando.
 Parque del Retiro. Árboles.
 Estanque. Reflejos.
 Estanque.Composición.
 Estanque. El tipo que pasea tapa enteramente a un corredor.
 Estanque. Un tipo que pasea.
 Camino de bancos.
 A lo lejos un hombre juega con su perro.
 Ángel Caido. 666.
 Palacio de Cristal.
 Árboles de estanque.
 Frente al Palacio de Cristal.
 Patos en formación describen uves.
 Paloma que se posa.
 Dando de comer a los pájaros.
 Preparativos de Exposición dentro del Palacio de Cristal. Reina Sofía.
 Digo yo que será algún Record de maratón.
  Preparados para llevar a gente que valen millones.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Cierre de Octubre.



Octubre 2014: 159,4k.
Octubre 2013:     0,0k.
Octubre 2012:     7,7k.

Puedo empezar a decir cosas pero estarían de más.

El 2.014 por meses:

Febrero: 25,1
Marzo: 89
Abril: 126.7
Mayo: 159.6
Junio: 168.6
Julio: 123.4
Agosto: 94.6
Septiembre: 108.5

Aún guardo en la memoria los 339.1k de Febrero de 2011, aunque cada vez se parecen más a esa noche descocada en san Pedro de Palmiches (Cuenca) que disfruté en compañía de Halle Berry, vamos, que perteneces a un mundo soñado, y si la vida es sueño, los sueños sueños son y una vez tuve uno donde hice muchos k y muy rápidos.

Acabo señalando que la semana pasada fue la primera de cinco días, de los cuales cuatro de ellos fueron seguidos.

Puedo empezar a decir cosas nuevamente, pero también estaraían de más.

Las sensaciones del corredor vienen por lo que vienen, no hay nada mágico en esto que hacemos. Si al cuerpo le pides más, el cuerpo te da más, cuando se puede claro, pero que te nubla la mente.

Las sirernas en la antiguedad cantaban a los marineros para que se arrojaran al mar. Ahora nos enloquecen con promesas de carreras, que dan lugar a efe cincos compulsivos y desaforados, a buscar ansiosamente destinos, imaginar carreras y planificar vajes.

Me se débil y me ato al mástil.

martes, 28 de octubre de 2014

Un año desde la operación de tendinosis, el deseo de correr una noche mientras nieva y un señor de Botero.


El día 17 de Octubre de 2.013 me operé del tendón de aquiles. Lo conté a nivel de detalle en la correspondiente entrada de blog, aunque ahora he retrado las fotos de batas culeras sin dorsal, grapas, vendas y ventanas de amanecida hospitalaria.

Esto te hace diferente. No sabría decirlo mejor, pero es así, el estar operado de esto te hace diferente, distinto de los demás y distinto del uno mismo que se guarda en la memoria. Y es ahora cuando puedo repasar este año me doy cuenta de que ha sido muy duro, que soy mucho más débil de lo que pensaba que era y que las cosas se podrían haber hecho mejor. 

O sea, lo normal en estos casos.

Ahora repaso mis primeros rodajes y me asombro de revivir lo que me dolía el pie. Nadie en su sano juicio (que no sea maratoniano) haría lo que yo hice. Duele el pie, tira el tendón, los gemelos se cargan, la pisada era muy extraña, débil e insegura, las rodillas no están habituadas, el peso es excesivo, el cansancio angustia, todo es malo, negativo y te puede el miedo a volver a romperte unido a la frustración de no ser el corredor que se era.

Los cientos de kilómetros recorridos licuan el cerebro lo suficiente como para continuar, esa es la única explicación.

Las semanas iniciales eran de dos días, de cinco kilómetros a 6 ó 7 minutos. Pasaron a ser de tres días. Los tiempos medios mejoraron y celebré un día cuando metí un kilómetro bajo los cinco minutos.

Y un día corrí una carrera de 10k con mi amigo. Cumplí y nos pudimos encontrar en la llegada, he vuelto, le pude decir.

Y un día corrí con mi hermano una de 16k en la Casa de Campo, quedamos los quintos por la cola y lo celebramos.

Y un día corrí por esa zona junto al río por el que tantas veces pasé en bicicleta añorando correr.

Y un día corrí 100 metros lisos en el Meeting Internacional de Madrid.

Y un día corrí junto al mar.

Y un día corrí con mi hijo una carrera a 5 clavados.

Y en verano pasé un mal momento con una tendinitis aquilea bilateral. Cambié de zapas y dejé las plantillas.

Y un día corrí con los del club. Dejé amables amigos que se han convertido en lobos hambrientos de maratón.

Y un día corrí por la Casa de Campo fuera de los caminos, esquivando ramas, saltando desniveles, gritando de pura emoción. 

Y ese día me curé. ¡Aleluya hermano¡.

Y esta mañana he completado un rodaje con buenos kilómetros, he corrido incluso a 4.10. en un tramo y al final del todo he llegado entero, 

Ahora ya no tengo retos. Lo he cambiado por deseos.

Deseo escaparme a correr en la montaña, perderme y encontrarme mil veces.
Deseo correr la San Silvestre con mi hijo.
Deseo llevar a mi hija esta tarde al club para que pruebe lo que es esto del atletismo.
Deseo hacer 100ml sin pensar en nada más que explotar toda la velocidad.
Deseo correr una noche en la que nieve.
Deseo correr un maratón y saludar a los amigos.
Deseo correr.

Maratón es el deporte de la Victoria, entendida como un Magis, la excelencia de uno mismo, la piedra en bruto del escultor, de la cual bien te puede salir el David de Miguel Ángel o bien un señor de Botero.

lunes, 13 de octubre de 2014

El sentido de correr, un día cualquiera.

Sopla el viento de cara mientras subo la cuesta. Es muy molesto, ahora no llueve pero el suelo está mojado. El aire aún no es frío pero viene con ese matiz incómodo de cuando el frescor no satisface ni alegra como en verano o primavera.

El cortavientos fino alivia un poco, pero ya no es salir con una camiseta y ya, toca otoño, mes de las hojas en el suelo y primeras medio maratones de la temporada. Y mientras llego a lo más alto de mi recorrido me pregunto qué hago allí, solo, de noche, empapado por la humedad moviendo las piernas casi sin fuerzas.

Una chica se cruza en mi camino, a otros ritmos pero somos la misma idea, no son ni las siete y ahí estamos, no corremos, buscamos otra cosa y esa cosa nunca llega o si llega no nos vale. 

Puedo girar a la izquierda y terminar este sin sentido por la vía rápida. En cambio, sigo hasta el final, doy la vuelta y completo el recorrido previsto.

No tengo ni idea de lo que busco, ni de lo que necesito, del cómo ni del por qué, pero me siento llamado a estar ahí, rodando, tratando de avanzar un poco más rápido, un poco más lejos.

Las montañas se distinguen con dificultad, está aún muy oscuro. Las nubes deben de estar descargando por allí. No hay una luz y me siento muy pequeño en medio de todo este inmenso cielo. 

Vuelvo a casa, y a la altura del portal pulso el botón de parada del GPS. El recorrido queda grabado con la idea de repasar en breve los pasos por kilómetro. Estiro los gemelos para liberar la tensión de los aquiles. Subo el pie sobre un pequeño muro y mientras aprovecho para desabrochar los cordones.

Saco las llaves y me meto en el portal. Una ducha, un café caliente y un nuevo día regalado para ser vivido con buenas intenciones. Ser corredor es bueno, en el sentido grande la palabra, ya me entendéis, me refiero a ese ser bueno como cuando lo decimos de esa persona que seguramente conocemos o incluso es amigo nuestro que es de esos buenos-buenos, de los que son buena gente de verdad, que nunca hace mal a nadie, que nunca está enfadado, siempre responde bien, disponible, que siempre es amable y cariñoso, correcto y educado. Bueno e íntegro. Correr es bueno e íntegro, si.

Maratón es el deporte de la victoria, aun cuando ni está ni se la espera.